martes, 22 de septiembre de 2009

Mejó que una pedrá en un ojo

Cuando no se puede correr, que es lo que a uno le gusta de verdad, hay que poner en marcha la imaginación para no despertar el espíritu de, como decía la canción , perrea, perrea

Así que uno empieza a probar cosas y he llegado a la conclusión de que soy un hombre de aparatejos. Os presento a mis dos nuevas amigas del gimnasio:

Si me quedo yo solo en el mundo con una de éstas, se acabó la especie humana!!

Upps, creo que me he equivocado y he puesto a las amigas de Chema, sorry.

Bien, mi primera amiga se encarga de no joderme el cuello ni la espalda cuando hago abdominales, mi punto flaco namber uan desde que tengo uso de razón. Hago abdominales todos los santos días, espero seguir esta rutina muuuuchos días, ayer hice en mi 6º día consecutivo 20x50 que para los que no sepan multiplicar son 1000 jajaja, ya que los findes hago muchas menos. Los lunes sonará de fondo la canción I don't like Mondays. Aunque arrancada de caballo...

Una cosilla parecida a estas la uso en mi gimnasio


Con mi segunda amiga tardé en cogerle cariño, más que nada porque me sentía ridículo intentando coger los palos con las manos, perdía el equilibrio. Parecía Chiquito haciendo el Conde Mor. Pero 20 minutos de Indoor Walking no me produjo molestia alguna, cosa que corriendo 6-8 minutos en tierra o en cinta ya me dolía.

Me atreví el jueves a hacer una clase y lo primero que suelta la profesora (muy maja por cierto) es que soltemos las manos de los palos. Bueno, el espectáculo fue impresionante, si apenas mantenía el equilibrio agarrándome, probad a correr encima del cacharro sin cogeros a ninguna parte. Me sentí fatal, 2 meses después de terminar en Frankfurt con una fuerza y moral impresionante, me veo allí incapaz de dominar un ejercicio tan sencillo.

Se me cae el alma a los pies hasta que apagan la luz, le pongo más fuerza al aparatejo y consigo que parezca que esté corriendo. Me imagino corriendo fuera y me da un buen rollito de libertad, ese que me da correr y que tanto echo de menos. Al final, tras 40 minutillos de clase hablo con la profesora y me pregunta que qué tal la rodilla. Le digo que OK y me dice que ha hecho la clase a mi medida sin mucha fuerza para que disfrutara. Le doy las gracias y me apunto en el calendario los lunes, martes y jueves por la mañana que no trabaje... ahí estaré. No es lo mismo, pero como decía un amigo mío de campo "Mejó que una pedrá en un ojo..."

Querida amiga, espero no necesitarte mucho tiempo más jeje

Juankir

1 comentario:

Salvador lozano dijo...

que cerdo eres, y no me llamas para que este presente el dia de tu debut en el indoor walking y me pueda partir el pecho.
Por cierto para nadar tambien te duele la rodilla,perdon, ahora recuerdo que hasta Octubre no podias por la niña, de esa te libras jajajaja
un abrazo