jueves, 24 de julio de 2008

El viaje a Ítaca


Después de una salida en bici ayer por Aigües-de-mi-vida y ver mi lamentable estado de forma (viva pakito y su espectacular forma de subir), pensé que aquello era una tragedia a la griega. En la Odisea de Homero aparece el viaje a su tierra natal de Ulises, Ítaca. Seguro que habréis visto alguna teleserie, documental o incluso alguno de vosotros haya tenido los santos bemoles de leer el libro de "bolsillo". Esa isla, mítica dónde las haya, ha creado las mismas teorías interesadas sobre su ubicación actual que las del famoso "lugar de la mancha de cuyo nombre no quiero acordarme" del Quijote.

¿Y qué tiene que ver todo esto con el IronMan? Puesto todo o nada. En ese camino largo y farragoso ocurren muchas aventuras y se obtienen conocimientos nuevos. En definitiva, lo de menos es el objetivo final, Ítaca, lo importante es el viaje en sí. Ítaca puede ser o no un lugar idílico, puede ser una experiencia maravillosa o una decepción tremenda por la larga espera.

Eso fue para mí el viaje a Lanzarote, veinte semanas veinte (como se dice en los carteles taurinos) llenos de aventuras y desventuras conociendo gente genial y tontos del culo, recorriendo preciosos circuitos de bici y pasando penurias con conductores engreídos, nadando plácidamente en el mar o en la frontera de la vomitona de pared a pared de la piscina, corriendo por mi Serra Grossa o machacando las rodillas tres horas en el asfalto.

¿Y el destino final del viaje? Quitando la fiebre, caída el día antes, la pérdida de la bolsa en la transición, la lesión en la media maratón, la cojera, afonía, sordera de tres semanas y demás, ESPECTACULAR. Si además la obra se llama Odisea, parece que Homero escribió para nosotros ;-)
Pues eso, si no hubiera salido bien, el camino ya valió la pena... y eso que apenas entrené con Chema, eso hubiera sido ya la guinda.

He encontrado, o mejor dicho me han buscado, un poema basado en esta historia de Konstantino Kavafis. En este caso el viaje es la vida...

Cuando emprendas el viaje hacia Itaca
ruega que sea largo el camino,
lleno de aventuras, lleno de experiencias.
A los Lestrigones, a los Cíclopes
o al fiero Poseidón, nunca temas.
No encontrarás trabas en el camino
si se mantiene elevado tu pensamiento y es exquisita
la emoción que toca el espíritu y el cuerpo.
Ni a los Lestrigones, ni a los Cíclopes,
ni al feroz Poseidón has de encontrar,
si no los llevas dentro del corazón,
si no los pone ante ti tu corazón.

Ruega que sea largo el camino.
Que muchas sean las mañanas de verano
en que - ¡con qué placer! ¡con qué alegría! -
entres en puertos nunca antes vistos.
Detente en los mercados fenicios
para comprar finas mercancías
madreperla y coral, ámbar y ébano,
y voluptuosos perfumes de todo tipo,
tantos perfumes voluptuosos como puedas.
Ve a muchas ciudades egipcias
para que aprendas y aprendas de los sabios.
Siempre en la mente has de tener a Itaca.
Llegar allá es tu destino.
Pero no apresures el viaje.
Es mejor que dure muchos años
y que ya viejo llegues a la isla,
rico de todo lo que hayas guardado en el camino
sin esperar que Itaca te de riquezas.

Itaca te ha dado el bello viaje.
Sin ella no habrías aprendido el camino.
No tiene otra cosa que darte ya.
Y si la encuentras pobre, Itaca no te ha engañado
sabio como te has vuelto con tantas experiencias,
habrás comprendido lo que significan las Itacas.

Juankir

jueves, 10 de julio de 2008

Algo queda

Tres semanas parado por problemas en el oído
Dos sesiones de natación
Dos sesiones de gimnasio
Una salida en MTB con piñazo incluido
Una travesía a Guadalest de 2200m en estado deplorable
Un mes y toda la forma (poca o mucha) perdida


Chema posa con su fanega ante la paella de Guadalest.
Dos platos se hincó el Dr.Fanega

Pero de repente te das cuenta de que algo queda. Hay ciertos signos en tu cuerpo, en tu vida, que hacen que te sientas bien por haber entrenado unos meses. Algo ha cambiado
Voy a una clase de natación master de unos 3000m y me encuentro fatal. Me ponen en el grupo duro de nuevo como en la anterior y pienso en retirarme a mitad. Malas sensaciones. De repente, durante el 3x600 final, me doy cuenta que voy mejorando. El último 600 lo hago a ritmo de otro chaval que nada mucho mejor que yo. Incluso hago un último 200 a tope acabando genial. Me ducho y me voy con ese quemazoncillo en las piernas al subir la escalera del gym. ¡Qué bueno!

Ayer tenía torneo de Fútbol 7 del puerto. Tres equipos, 2 partidos (todos contra todos) de 40min en 2 tiempos. Empiezo fatal, 2 sprints y reviento. Conforme avanza el partido me encuentro mejor. Perdemos y nos toca jugar el segundo partido. Cada vez corro más y están hasta el gorro de que me vaya por la banda, cada vez me encuentro mejor. Ganamos y me dicen en el 3er equipo si puedo jugar el último partido con ellos. OK. Me paso el partido corriendo como un galgo. Eso sí, fallando goles como nunca jaja.

Hoy estoy con las piernas reventadas. No obstante hay algo que queda y eso me da muchos ánimos después de los bajones típicos de moral. Mientras los demás decaen, yo me siento mejor. Y eso sin dejar de lado los Latinos y las Mahou del día. Vamos que Me ailofiu más que ayer but menos que tumorrouuuu

p.d. Algo queda es una novela de Inge Barth-Grözinger que cuenta las vivencias de una familia judía en la Alemania nazi. En este caso lo que quedaba tras todo lo malo era la familia.

Juankir