domingo, 20 de octubre de 2013

Botamarges 2013: sarna con gusto... no pica


The Fantastic Pedregal

No me gustan las bajadas llenas de piedras, de esas que necesitas una suela de medio metro.
Pero me apunto otro año a Bota.
No me gusta clavarme piedras en los pies.
Pero me apunto otro año a Bota.
Mi peroneo y fascia plantar no quieren pisar pedrolos.
Pero me apunto otro año a Bota.
El año pasado dije que ya había cumplido y que con una vez bastaba.
Pero me apunto otro año a Bota.

Por cierto, botamarges traducido al castellano sería algo así como saltabancales jejeje.

¿Por qué? Por dos motivos. Por la compañía de los Corredores Solitarios y por la maravillosa organización de la carrera. Es más, aunque ahora mi hemisferio cerebral derecho diga no a 2014, el cojón izquierdo se va a antojar y caeré de nuevo.

Perfil de la carrera

Saludo, beso y abrazo a todos los que veo, menos a Toñete jajajaja. Que síiiiiiii. Echo de menos a varios corredores, sobre todo a tres, a Antonio (primero que me sacó a correr por la Serra Grossa tras no aparecer por allí desde mi niñez), a Pez (primero que me acompañó a una ultra con infinita paciencia) y a Pablo (porque me pasa por los coj....). A Vicente no lo nombro porque su ausencia aquí le hace hervir la sangre y no quiero que le de un bajón de aaaassuuuucaaaarrrrrr. Posclaroqueloechédemenos Xeeeeeeeeee.

 Los Tomás brothers en la salida

Al menos vi a mi valensiano favorito, el Alkalde Santiiiiiii. Ahí está con Sara. Ella le explica cómo acabaría él si tratara de seguirla (fue 2ª mujer en la clasificación!!!).

Sara y Santi en la salida con tensión latente

Dejo claro en la salida que, tras los 102 de Madrid-Segovia justo 14 días antes, no estaba yo para ir en grupitos ni leches, quién sabe cómo iba a reaccionar mi cuerpo tras tres trotes de media hora estas dos últimas semanas. Quería ir a mi bola y ya tenía estudiados los puntos de abandonos por el fuerte dolor en la planta del pie derecho que había tenido hasta hace un par de días y que seguía en stand by.

Salimos casi todos juntos algo más adelante que el año pasado y tras el subidón de la salida me encuentro algo apático y con pocas de ganas pensando en lo cansado de la MS y tras dormir 3 horitas. Me encuentro con un montón de camisetas naranjas de los Corredores Solitarios (CS) pero en realidad no sé quién va delante o detrás mía y la verdad es que... 

Guiño a los japos jajajaja

Veo a los Tomás, a Fer... a Sara y Pasqui pasando como si perdieran el autobús y unos cuantos más. Se origina el tapón en la bajada preciosa tras la primera subida, pero no la bestialidad del año pasado. Aquí paso un momentito a Juan Quiles ya que su frontal chino (flontal) había machacado sus pilas. Las cambia y lo oigo respirar cerca.

Un chico me pide paso para ir con sus compis y le dejo. Nos hace un tapón importante. Íbamos unos pocos corredores y de repente éramos no menos de cuarenta. Le comento a un gallego afincado en Denia si los adelantamos y a Juan le hago señas pero no me capta o pasa de mi cara jajaja. El caso es que ese trecho de unos 4km de noche en modo tranquilo seguro que nos vino bien para despues. Además, como era de noche, no teníamos que ir buscando el camino :-)

Siempre digo lo mismo pero, tanto en los reglamentos de carreras como en la propia Federación de Montaña, queda bien claro que hay que dejar paso en sendas estrechas a los que van más rápido que tú. Como no soy de pedir paso pues hay gente que o no se entera o no se da por enterada. Yo cedo el paso enseguida, ya es tema de seguridad. Pero bueno, perder unos minutos más o menos me producen risa con mi nivel. Si fuera adelante ya me lo tomaría más heavy.

Llegamos a Villalonga y me animo, km 11. Ni puta idea del tiempo que llevamos, ni lo miro. Me dejo llevar, como siempre. Ojito, cojo dos croissants de chocolate y me entran de miedo. Eso y mandarinas muy verdes por fuera pero increíblemente dulces por dentro. La combinación puede ser letal: chocolate + cítricos, pero es lo que me apetecía. Como en todos los avituallamientos, relleno un bidón y no paro mucho porque me enfrío enseguida. Cada uno tiene que hacer lo que le viene bien, yo prefiero comer y beber andando antes que parar y quedarme como la Merkel bailando jotas.

Tras Villalonga estamos rodeados de montañas...

El recorrido ahora es algo de asfalto, algo de pista, vía verde del Serpis... Pica hacia arriba pero es corrible, y mi lema es correr (trotar) todo lo que se pueda tranquilamente al principio, ya que tocará andar más adelante y a mí andar muchas horas (inevitable sobre todo subiendo) me cortocircuita el cerebro. 

Llegamos muy pronto a la subida más importante a priori por desnivel, 4km con +800m de desnivel dividido en dos tramos con un pequeño "descanso". El descanso se refiere a tramos con menos del 10% de desnivel en vez del 25 o 30 de la parte final (algunos tramos más). Tengo a Juan delante mía, a unos 100 metros y lo cojo. Al final haríamos juntos más de 40km y, aunque cada uno a su bola, íbamos comentando cosas y ayudando. Él sube mejor y paso de ahogarme o que me espere. En llano le recuperaba algo y vuelta a empezar. Tot junts como en Alcoi jajaja.

Como sube el cardiólogo, debería saber que es malo pa'l corasón jijiji

La subida es brutal, pero es de las pocas que disfruto. Soy malo subiendo y creo que es una combinación de genética, perrunería y falta de entrenamiento en desnivel. Pero esta subida pasa volando, apenas me pasa un corredor, cosa rara. Muy rara.

Subida al alto de la Safor


Miro abajo. Juan ya va bastante adelante. Me alegro de la buena cara que lleva, lo está pasando en grande.

Aproximadamente mitad de subida

Km 23. Paro a mirar las vistas y ya tengo al gallego obcecado en ir a mi ritmo. Este es buen corredor de asfalto, una bestia. "Tiiiiraaaa p'alante, que se te ve bien" le dije, pero era su primera larga y quería disfrutarla. Creo que se llama Jose Daniel.

Casi al final de la subida hay un pequeño descanso que sabe a gloria


Con un gallego parlant valencià, quién lo iba a decir jajaja

Me quedo un ratito solo y me pongo a hacer fotos. Me descojono con esta de abajo en plan "soy la bestia corredora (y que nadie se entere de que soy del montón)", pero es que parece la pose de Sergio Ramos en un partido de la selección durante el himno.

Escuchando el himno Perrunos a la montaña

La bajada es sencillamente durísima. Mucho desnivel y mucha piedra "no pisable". El esfuerzo puede ser titánico tanto si te dejas caer y saltas toooodas las piedras, como si te da por retener y frenar, poniendo los cuádriceps como rocas. No sé qué es peor. Bueno, sí, lo segundo. Pero mi condición física tras la Madrid Segovia (y antes también jajaja) no está como para hacer alardes, así que combino bajadas decentes con tramos frenando y cargando piernas.

Km 28 aprox. Le explico a Juan, al gallego y a alguno más que había que llegar allí, donde la montaña esa con las antenas. Me comentan que es imposible que eso está atomarporculoymásallá. Lo mismo que pensé yo el año pasado. y de ahí aún quedan 15 ó 20km.

Ahí, ahí.

Físicamente voy de menos a más. Juan comenta que podemos hacer unas 10h y yo le digo que serán 12 entonces. De repente, sobre el km 30 me voy solo delante y oigo una voz cercana "Juaaaaankirrrr, andeeevaaaas?". Es Paconet, subiendo como un puñetero enfermo con los bastones. 

No le hago ninguna gracia, me coge pronto y le digo que voy a abandonar en el siguiente avituallamiento, tengo la planta del pie muy inflamada, insoportable correr y sobre todo andar por el pedregal. El ibuprofeno no me hace nada en principio y me la juego a un dolo-voltarén que tenía en el cinturón cerca de dos años jajajajajaaaaa. 

Paquito tocándose las bolas, tramo de pista muy corrible

Pues oye, funciona. O se pasó el dolor corriendo con la planta del pie hacia adentro. No lo sé, pero me da un subidón de moral y corro todo lo corrible.

La "bajadita" se ve al fondo, dura y rápida. Carita de jodido.

Pues nada, a correr como un jodío. Me cambia el chip y es un no parar ¡oiga!. Una subida dura pero que pasa rápido pensando más en si el dolor se queda o no. De ahí a Benirrama (aprox km 43)  casi todo bajada y algún repecho duro. La bajada se ve en la foto anterior, bastante dura también pero para disfrutar si te quedan patas. Se hace larga, eso sí. Un km aprox. de subida durilla y al pueblo por fin. Avituallamiento tranquilo. Hemos hecho un poquito más de una maratón con 2000+ en menos de  seis horas y media, comenta Juan. Ufff, pienso yo. Esto huele a petada.

Iba a comprar Coca Cola en el bar pero alguien me oye y me ofrece una botella de 2 litros salida de una nevera llena de hielo. Pensé que el ibuprofeno con el voltarén me hacían tener visiones, por si las moscas cojo la botella y le doy dos tragos estilo botijero que casi me queman la garganta. Son esos pequeños detalles que te dan vida.

Cogemos al Bernabeu Jr., Nacho, nos dice que va fundido con su humor negro a la par que absurdo de siempre. Nos sigue como puede. La subida es para mí de las más duras de la carrera y casi nadie la menciona. Después viene una bajada muy larga con alguna subida intercalada hasta L'Atzubia (Adsubia). 

Este tramo se hace bastante largo a casi todos, nunca llega el pueblo. Me como una naranja totalmente verde por fuera y casi como un limón por dentro y me da tanta energía como retortijones. Sin pretenderlo tomo el mando del grupo formado al azar y se estira, no paro de correr cada tramo que se puede. Hay ganas de llegar ya.


 Paco detrás mía por poco tiempo, pronto se marcharía ;-)


A mitad de este tramo infinito surge la anécdota trimalika. Nachete, a lo lejos, me pregunta en voz alta "¿Tienes agua Juankir?" y yo le digo "Sí, gracias". Y sigo corriendo a toda leche. Luego me comentó que no me ofrecía agua, ME PEDÍA AGUA PORQUE IBA SECO. JAaajajajaajaja, joder, cuando me lo comentó en meta los dos llorando de la risa. Menos mal que Juan iba detrás porque había parado no sé por qué razón.

Llegamos a Adsubia y ahí ya tenemos la Bota en el bolsillo, pero ojito que quedan 3 subidas duras, sobre todo la primera. Avituallamiento tranquilo, como un sandwich, dátiles, un dulce, bebo de todo y me llevo un puñado de avellanas para tomar mientras corro hasta la antepenúltiima subida. Te apetecen cosas raras y sé que voy bien porque no tengo angustia y estómago cerrado como suele suceder.

Primer subidón, un km al 17% con rampas del 25%. Con 54km encima queman las piernas. Paco decide intentar el sub 10h, no me lo comenta pero sé que trama eso. Se ha debido ir como una exhalación porque no lo he visto salir del pueblo. Y yo, ni intento seguirle, imposible. Tampoco yo espero a Nacho ni a Juan que se queda con él. Nacho va tocadete pero con su humor de siempre, genial. Subo tranquilo tras unas escaleras que ya te marcan, pero aún así estoy para reventar. No obstante no debo ir tan mal cuando no me pasa ni paso a nadie. 

Termino la subida y empiezo a disfrutar una bajada muy cabrona pero que me encantó ya el año pasado. De aquí al final paso bastantes corredores a los que previamente hablo y animo (la radio va en marcha ya). Y empieza la penúltima subida, dura a la par que bonita. Con 57km se disfruta menos y ya ves mucho walking-dead con problemas severos. Esta bajada es de las peores, incluso un poco peligrosa por el estado de "agarre" de las rodillas, pero te coges a 4 ramas o pones sin rubor el culo en el suelo y arreglao.

Km 58, sufriendo y disfrutando.

Ahí viene el tontoljuankir y se emociona, se pone a correr como un galgo. La verdad es que estos subidones del km 40 y ahora ya casi en el 60 me ocurren a menudo y no los entiendo, supongo que cuando como bien y asimilo le doy energía al cuerpo para dar alegrías un cuarto de hora. Y sí, me gusta ver el paisaje. Pero oye, quién pudiera correr como un cabrón a toda leche más tiempo, es otra manera de disfrutar sufriendo. Pero para eso hay que entrenar más y tener el organismo capacitado para asimilar mucho entreno, que ojo, yo no sé si lo probaré alguna vez, pero me temo que el mío no lo soportaría. Es como aquel que dice "si yo estudiara más sacaría dieces". Estudia, no te jode!!!!

Llego al avituallamiento del 60 y solo bebo agua, no cargo el bidón. No sé que cojones almacené en mi cerebro, pienso que me quedan 3km de asfalto incluyendo la subida al castillo. Así que para qué quiero más líquido! 

Subidón de ánimo en el km60

Pero... error, voy corriendo como un puto enfermo pasando gente a lo Usain, giro a la izquierda y PUUUUM. Un muro que se sube a cuatro patas y que me hace recordar el camino puto y reputo de piedra que queda hasta llegar a la corta subida de asfalto del castillo de Forna.

Castillo de Forna, a un km de meta

No me acordaba de lo larga que se hace esta subida, ojito que engaña. Dura y con más de 60km en las piernas. Pero me doy dos gritos y me digo que esto ya está en el bolsillo, otra más en un año de ensueño para un trimaliko y 165km en dos sábados, no me lo puedo creer. Así que llego y miro el tiempo y... 10h15, una hora y media menos que el año pasado. Increíble. Y llego entero, me abrazo con todo el mundo y me tomo una cerveza de trago y medio ;-) 

Finisher y haciendo el Juankir, el capullo

Ducha poco íntima y sin toalla (camiseta para secar), barbacoa de esta gente tan amable y otra birra por si se acaba el mundo. Veo llegar a unos cuantos amigos y me emociono mucho viendo a H, Juan, Nachete... y sobre todo con Fer, que sé que estaba super emocionado. 

Nos tenemos que ir y nos llegan noticias no solo de los de delante (Salva, Vidal, Sara, Pasqui), sino de todos los que llegarían unos minutos más tarde que nosotros y nos da mucha alegría. Los Tomás, Santi, Ali, Félix, etc

Fer y Santi. Avituallamiento en plena carrera y no es coña, 
vaya par de cracks jajajajaaja

TP60 Peñalara , Botamarges, Chiva, Mamufi, Ronda, Madrid-Segovia y otra vez Botamarges en 16 meses tras una lesión de 13 meses... ufff. Muchas gracias a Jose Vicente y Pasqui por el trabajo de mecánica, chapa y pintura.



Juankir




miércoles, 2 de octubre de 2013

Madrid-Segovia (Blandengues in the Secarral)


Empecemos esta aventura, la Madrid-Segovia (101.8km), en el km 70. Un paisano de Madrid, muy majo y conocedor de la zona, boquiabierto. No daba crédito de la comida y sobremesa del día anterior a la carrera. Comida-homenaje, cerveza, botella de vino para dos y gin-tonic. "¿En serio? ¿Vino? ¿Gin-tonics?..."

El hombre estaba estupefacto por el par de "gelipoyas" (como decimos los japos de Corredores Solitarios) pero incluso se animó a acompañarnos y hacernos alguna foto. Se nota que la compañía era agradable jajaja.

Pues sí, así han sido, son y serán los viajes "deportivos". Una excusa para ir con familia y/o amigos y pasarlo bien. Podemos ganar, pero no nos apetece jijijijijiiiii.

Al grano. Preparamos cinturón de doble bidón con todo lo que se puede meter dentro. Desde kleanex hasta frutos secos, pasando por geles y lo que más llamaba la atención a la gente en los avituallamientos: el aparataje de mi compi Vicente: un arsenal típico de diabético. ¡¡¡Ole sus huevos!!!

En la salida con Mr. Bouet

El arco que reúne a mil personas está junto a las famosas torres Kio. Pienso en las horas robadas a la familia por todos nosotros (menos por el sacrificio de entrenar de noche), en horas de sueño quitadas, en el calor que se pasa entrenando en verano en Alicante, tanto sacrificio allí junto... Aunque comento a Vicente que quizá sea de los que menos entrenamos, me juego lo que haga falta, de toda la tropa allí presente.

Salida: a soltarlo todoooooo

En la salida nos dio la sorpresa Samuel el "bouet" y nos acompañó unos km, aunque estaba reventado de hacer La Sagra. La salida, como siempre, es un subidón de adrenalina y caguitis a partes iguales.


Qué contento corre uno por el secarral las primeras horas 

Yo me lo tomé con calma, pero Vicente es ansia viva y salimos "rápidito". Me llego a plantear si el cabronazo éste me va a reventar.

Mandando un recado a los valientes de la Ultra de Lagos jejeje

Es un contínuo sube baja pero con suaves pendientes, salvo pequeñísimos tramos que aún hacemos corriendo. Sabemos que es una estupidez perder fuerzas que luego vamos a necesitar, pero en esos momentos lo haces y ya no hay vuelta atrás. Ya andaremos...

Demasiado "rápido" para una carrera así, 2h52min al salir de Colmenar Viejo

Estos carteles de los avituallamientos no sabes cómo tomarlos. Si mirar el camino recorrido y saber que cada paso es un metro menos, o preocuparte del posible estallido físico al ver que la nube que nos había acompañado quitando parcialmente el sol se iba quedando atrás. Al final lo que importa en este tipo de carreras es saber los km que quedan hasta el siguiente puesto para recargar agua y comer en la medida de lo posible. Los mini-objetivos, ese nombre que uso yo le hace gracia al mutxameler.

La carrera es sencilla de plantear. Bueno, este tipo de carreras con desnivel pero no tanto (+2100 en 102km) como las de montaña, ni mucho menos. Correr al principio de una manera lenta pero segura. A las 3 ó 4 horas se trata de trotar en llano y bajadas y andar en las subidas. Al final, lo que se pueda, pero intentando no parar.

 Kilómetros previos a la primera crisis (km43), ahí todo bien aún

Vicente ya ve lo que se nos viene encima y ya comenta que no corramos ni una puñetera subida. ¡Pues claro! Es inevitable. Temperaturas de más de 30ºC, ni una p.sombra hasta el km 65 aproximadamente, ambiente bonito para puros corredores pero secarral al fin y al cabo. Y viene el km 40 y uffff. Nos da por pensar lo mismo. Las piernas cargaditas ya, a mí me empieza a doler la planta del pie derecho pero no quiero parar de correr cuando el terreno es favorable.

Bajadita en lo más duro en cuanto a coco de la prueba

Y es en esos kilómetros cuando empezamos ya a ver verdaderos cadáveres tirados en el camino, bajadas de tensión, calambres impresionantes, gente deshidratada... ¡Ojo!, que nos puede pasar a todos, pero vi gente con un PUTO BOTELLÍN de agua que iban rellenando, por poner un ejemplo. Y oye, contagia. porque ves te has comido 45km pero te quedan 57. Ves que vas bien, pero cargado. Vicente con buen aspecto, pero con amenaza de calambres en los isquios. Todo suma. Lo negativo, también.

A mitad de carrera le veo mala cara a Vicente, pero no le digo nada. Simplemente andamos un poco más de lo pensado, le dejo la iniciativa porque igual llevo yo la misma cara, pero XÉ XÉ XÉ a él no lo veo igual que antes. Ahora sí que estamos en pleno paisaje del Oeste, faltan los esqueletos. Bueno, haberlos los hay pero con gorra y mochila. Brutal como nos da el sol. Indescriptible.

A pleno sol

Entre Mataelpino (km50) y La Barranca (km58) asistimos a un espectáculo de gente quejándose de todo tipo de dolencias. Ya hay muchísimos walking dead por el camino y el sol ya da prácticamente de frente, así que la sensación es de cocido madrileño. No sé si lo imaginé, pero podría jurar que vimos unas chicharras pidiéndonos agua y un lagarto con un ron-cola. En La Barranca vemos dos de los múltiples habitantes de esta aventura a los que presagiamos su pronta evacuación debido no a su aspecto físico, sino a su rigor mortis.

Vicente está, como imaginaba, muy jodido. Prueba de azúcar bien, pero no como a él le gustaría. Se pone tibio a comer sin ganas y dos vasos de Nestea. "Salva" la carrera con conocimiento, ¡¡muy bien!!. Teníamos una especie de objetivo, por llamarlo de una manera, de hacer unas 14 horas. Hasta ahí parecía posible, pero las lógicas paradas de más para recuperar nuestros achaques alejan esa cifra y... nos partimos de risa porque nos da lo mismo. Es que nos la resbala xéeeeeee.

Total, que ya paso de fotos y ostias en vinagre. Ya solo me preocupa mi planta del pie derecho y la recuperación de mi amigo. Resucita y marcamos un ritmo cansino hasta Cercedilla. Se supone que son 6 ó 7km de bajada: já. No, espera, jáaaaaaaaaa. Y una mieeeeeerdaaaaaa. Es un sube baja contínuo a treinta y pico grados con el sol picando.

Encima, los típicos imbéciles a los que preguntás ¿CUAN-TO-HAS-TA-EL-A-VI-TU-A-LLA-MIEN-TO? Te engañan. No sé por qué, pero en todas las carreras te engañan. ¿Por qué? Pues será el género humano o el gen TC (tontolculo). Nos marcan 300 metros a Cercedilla y yo le digo en plan broma "Fijo que es km y medio". Más de un km después, y llegando, nos llama el hermano de Vicente, NACHETEEEEEEE. Más agusto que un arbusto en una boda, poniéndose cocido mientras nosotros nos cocíamos de otra forma. Qué alegría la llamada, xéeeeeeeee.


Quitando la camiseta y calcetines que irían al contenedor. Espalda de pianista jaajajajajaaja

Medio plato de arroz (qué rarooooo que me entre), a la basura la camiseta y calcetines (literal), ponemos la camiseta "oficial" y lo tomamos con calma. Pasarían unos 20 minutos, aunque es difícil de saber.

Con las camisetas limpitas saliendo de Cercedilla

De repente, se me va el dolor del pie y tengo unas ganas de correr dignas de un GE-LI-PO-YAS. Ya me pasó en los 101 de Ronda a esas alturas. Nos esperan unos 15km de contínua subida y yo quiero CORRRREEEERRRRR. Pero hay que andar y lo sabemos.

Celebrando la sombra y la vegetación.Yeeeeeeaaaaaaaaaah.

Bastante asfalto y pista y una gran subida, ahora sí con un buen desnivel, y nos pasa una tía un poco chulita diciendo si íbamos a andar todo el rato. Grrrrrrr. Pues sí, vamos a andar jajajajjaaa.

Oh! y agua fresquita de vez en cuando...

Le cogemos el rollito a un grupo (el comentado al principio) y convencemos al pobre hombre de que suba hasta un mirador que hay fuera del camino. Ale! a subir escaleras jaajajaa. Las vistas, espectaculares. Y el hombre, muy majo, encantado de seguir con nosotros y viceversa.

Mirador de Vicente Aleixandre

Vemos un camino amurallado a lo lejos y nos tememos lo peor. Sí, hay que subirlo. Se hace ameno andando rápido y ya por la sombre.

Veeeenga una paraeta, que somos blandenges

Ahora surge la "pelea" entre los dos. Unos 21km de bajada y meta. Yo quiero correr porque no me duele la planta del pie tanto como andando y Vicente quiere andar porque ESTÁ HASTA LOS COJONES DE CORRER ya que en montaña pura y dura no se corre (trota) tanto tiempo como aquí y está saturado y con razón. Está bien físicamente, dentro de lo que bien significa en el km 79.

Yo empiezo a trotar a traición de vez en cuando y un grupete nos sigue. Fue una pasada y una sorpresa. Yo trotaba y me seguía Vicente: ellos trotaban. Vicente decía en tal sitio nos paramos a andar y yo paraba: ellos andaban con nosotros. Fuimos guía de un grupete durante unos 11km y fue muy divertido hablar con tanto experto compañero.

Último avituallamiento y 11km a meta. Nos metemos en un finca con toros sueltos y uno se nos clava en el camino haciendo un mugido amenazante. Yo me enfrento a él, saco el capote y la gente me aplaude. Bueno, no.

En realidad, me cago vivo y le digo a Vicente que me doy la vuelta y subo la montaña si hace falta pero que el bicho no para de mirarnos. Se descojona, se agacha y al grito de "bichooooooooooo" le arrea con una piedra y el toro sale corriendo. El muy cabrón se parte de verme mirando a todos los lados. De la montañita de arriba bajan dos toros bastante rápidos a nuestro encuentro (en realidad al camino) y por fin encontramos la puerta de salida.

Me parto yo solo recordando la salida por Finestrat-Sella cuando nos persiguió por la noche una burra a Pablo y su hermano, Santi, Vicente y a mí. Nos dio por correr como bobos como si la burra fuera un leopardo ambriento. Y me río pensando que debo ser el único imbécil que se asusta de ver vacas y toros de este tipo, acostumbrados a la gente y que van a su bola.

El ritmo ya es cansino y Vicente empieza a blabla bla blabla blabla que si por él hemos retrasado una hora la llegada que si nosequé y yo le digo que si se cree que yo voy como una rosa, no te jode. A falta de un par de km trotamos y Vicente pone un ritmo de la leche. Será cabrón!!! Km 100!!!

La llegada es interminable y faltan algunas balizas al final, pero por la ciudad ya es la leche. No se acaba nunca. Le digo a mi compi que seguro que voy a vomitar en meta porque yo soy asín. Llegamos en olor de multitudes los primeros a meta (sin contar 204 atletas que ya habían llegado pero que hicieron trampa entrenando mucho) y Vicente se empeña en hacer una foto. En dicha foto estoy yo hablando entre dientes "déjame cabronazo que voy a vomitar". Y, en efecto, aseo portatil a 5 metros de meta y dejo allí el arrocito aaaaaggghhh.

Duchita y una puñetera hora esperando a que se llene el autobús dirección Madrid, donde teníamos el hotel. Nos enteramos que entramos aprox. en 15h20 en el puesto 205 de los 1000 participantes, lo cual es una vergüenza. Nuestro objetivo era entrar el 204.

En meta diciendo "entre dientes" a Vicente que me iba a vomitarrrr


En estos días posteriores se ha recuperado mejor Vicente que yo, a causa del dolor en el exterior de la planta derecha. Dicen que es por correr 101,8km pero yo creo que es un enfriamiento por levantarme a mear todas las noches descalzo a las 4am jajajajajajaja.

Ahora a recuperar, llevo dos trotecillos de poco más de media hora y voy a la Botamarges, hasta que el cuerpo aguante. No sé si podré con los 63km, aquello sí es montaña (+3000), dos semanas después de esta bendita locura de experiencia con mi gran amigo. Y lo haré:

Con cabeza. ¿Tengo cabeza?



Juankir